Gandalf

Elegido para viajar a la Tierra Media, Gandalf con la misión de ayudar en la lucha contra Sauron. Tras su llegada a los Puertos Grises es el encargado de llevar uno de los grandes anillos de poder. La apariencia y vitalidad de Gandalf se ve reducida a la de un frágil anciano, lo que no le impide ganarse la amistad y respeto de numerosos pueblos, aunque en ocasiones su aparición era considerada como un mal presagio. Gandalf es la pieza fundamental para el descubrimiento del anillo y la conformación de la Comunidad del Anillo. Sin embargo, su lucha en Moria contra el Balrog casi acaba con su vida, volviendo como Gandalf el Blanco, mucho más poderoso y capacitado para la lucha inminente. Su intervención en Rohan es clave para liberar al rey del maligno influjo de Saruman -un maia como Gandalf-, así como la posterior toma de Isengard. De nuevo acude con refuerzos para ser determinante en el Abismo de Helm y organiza también la defensa de Minas Tirith. Tras la destrucción del anillo es Gandalf quien logra salvar a Frodo y Sam gracias a la ayuda de las grandes águilas. Cuando la guerra hubo terminado, Gandalf viajó de nuevo a su lugar de origen.